Colaboración: Galo Trinidad
Investigación y recopilación fotográfica: Edgardo Scheihing
Edgardo Scheihing es un escritor piranense y miembro de la SADE filial Formosa, con numerosas obras publicadas, como “Mi Pirané”: Cien años del Puganagay, editado en el centenario de la localidad (año 2012); “Los Alzaprimas” -antología- (año 2014) y “El fortín Corneta” -investigación- (año 2018).
Él se define como investigador e historiador de las costumbres y vivencias del hombre formoseño y su entorno natural. Producto de su interés por las cosas nuestras, nacieron varias obras que describen el hacer y el ser de hombres y mujeres que forjaron su presente y futuro en inhóspitos parajes del interior formoseño.
Se desempeña como trabajador del Museo y la Biblioteca de Pirané y como docente en la Escuela Especial N° 6 y en el Centro Cultural de Pirané, dando cursos de tallado de madera y juego de ajedrez.
Su próxima publicación, “La Evita de Pirané”, -asegura- “es una historia poco conocida y poco difundida. Me llevó más de diez años la investigación y recopilación de testimonios; ya en el año 2012 presenté el tema en mi primer libro, pero me faltaba el 80%”.
Acerca de si aún viven algunos de los protagonistas de este hecho, el escritor asegura: “Algunos niños que aparecen en las fotos pudieron reconocerse (por ejemplo: Alberto Benítez; Hugo y Marta Bordón). Dos de mis testigos fallecieron en estos últimos años, la Señora Leyla Maluf y el Señor Arístides Ñeco Díaz”.
Resumen de la última investigación histórica
En el año 1953, con motivo del primer aniversario del fallecimiento de María Eva Duarte de Perón, fue inaugurado el monumento en la primera plazoleta de la avenida principal de Pirané. Formosa todavía era Territorio Nacional.
La inmensa obra fue tallada en quebracho por la señora Elena Castro de Bordigoni y varios colaboradores. Cumpliendo el Decreto Ley 4.161 promulgado el 5 de marzo de 1956, la Gendarmería Nacional, que cumplía con la autoridad militar de un gobierno de facto en nuestra localidad, procedió a encadenar, derrumbar y arrastrar el monumento que posteriormente fue incendiado.
Según relatos, la sociedad local ya estaba dividida. Mientras algunos festejaban el hecho con pañuelos al cielo, otro grupo lloraba el siniestro hecho.
Esa noche, un grupo de vecinos, amparados por la oscuridad, recuperó de las llamas partes del monumento. Luego, como un gran secreto, fue enterrado en un lugar céntrico. La historia se asemeja al trajinar del cuerpo de la verdadera mujer, que fue quemado, mutilado y enterrado en tierras lejanas. Los años pasaron, volvieron los gobiernos democráticos, pero siguió proscripto el peronismo.
La ley antiperonista se derogó el 18 de noviembre de 1964. Pero en 1966 volvían los militares. Siguió siendo un secreto y el lugar un incógnito santuario que todos los 26 de julio recibía flores y velas en anonimato.
Para el año 1972 y con el inminente regreso de Perón, se procedió al desentierro de las partes resguardadas de la gran estatua.
La exhibieron en varios actos. Permaneció en el municipio y en la sede partidaria peronista de aquellos años. Pero muerto Perón, los militares volvieron como carroñeros del desorden y obsesionados por la falta del líder.
¿Qué pasó con la estatua?
Permaneció secretamente en la casa de un conocido dirigente y luego fue llevada a un campo al sur de la ciudad.
Debió esperar varios años, otra vez oculta. Hasta que en 1983, con el regreso de la democracia, volvió a la unidad partidaria peronista.
Hoy permanece allí, en la sede del Partido Justicialista, en la calle San Lorenzo Nº 350 de nuestra ciudad.
Un glorioso monumento, secretos y un recorrido histórico-político que es justo reconocer en la historia local y regional.
La secuencia fotográfica recorre más de 60 años de historia, desde la confección, inauguración, desentierro y actualidad de los restos del monumento de La Evita de Pirané.