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EL DOCUMENTAL “LAGO ESCONDIDO. SOBERANÍA EN JUEGO” LLEGA A FORMOSA

Argentina FOR SALE

* Por Héctor Washington



La Batalla de la Vuelta de Obligado, en 1845, y el enorme arrojo con que pelearon los soldados argentinos, logrando repeler la invasión del ejército anglo-francés, que pretendía colonizar nuestro territorio, sin duda selló a fuego un hito indeleble en la historia de nuestro país y por el que cada 20 de noviembre celebramos el Día de la Soberanía Nacional.

Sin embargo, a poco más de un siglo, la férrea resistencia con que lucharon nuestros patriotas antepasados sólo parece haber engrosado los libros de historia, pero no logró constituirse en ejemplo vívido para quienes manejan los destinos de la Argentina.

El enclave británico dentro del territorio argentino del magnate Joe Lewis es apenas una muestra de lo que puede lograr el colonialismo extranjero cuando, puertas adentro, la Nación objetivo se encuentra conducida por meros esbirros entreguistas.

El caso paradigmático del Lago Escondido, en la provincia de Río Negro, desnuda cada año mayores verdades ocultas acerca de las enormes extensiones de suelo argentino en poder de capitales extranjeros y tensiona escenarios de debate en torno a las sucesivas marchas que un grupo cada vez más numeroso de compatriotas emprende en defensa de la soberanía.

El cineasta correntino Camilo Gómez Montero integró la séptima cruzada patriótica que se abrió camino en 2023 y logró registrar los hechos en un largometraje documental contundente que llamó “Lago Escondido. Soberanía en juego”, que tendrá su estreno en Formosa este miércoles 8 de mayo a las 18.30 horas en las instalaciones de ATE (Fotheringham 658).

Gómez Montero dialogó con Cronopio acerca de la proyección de este trabajo audiovisual que lo trae a la ciudad para dialogar con los asistentes luego de compartir este material de denuncia cada vez más esencial en un contexto tan complejo para el país en materia de soberanía.

Con la posterior conformación de un aparato paraestatal a su entero servicio, el magnate Joe Lewis (la sexta fortuna de Inglaterra) se hizo en 1996 de unas 12.000 hectáreas de tierras a unos 45 km al norte de la localidad rionegrina de El Bolsón. En tiempos del menemismo, el británico compró ilegalmente una inmensa propiedad aledaña al Lago Escondido y hasta el día de hoy logra sortear todo fallo adverso de la Justicia argentina que le ordene reabrir el camino al lago, recurso natural del que también se apropió de manera fraudulenta, ya que el Código Civil argentino establece claramente el dominio público de sus ríos y lagos (art. 2.340) y la propia Constitución Provincial de Río Negro asegura el libre acceso a las riberas de sus espejos de agua (art. 73).

Por otra parte, la ley argentina no permite la compra de tierras en estos términos, estableciendo que los bienes ubicados en zonas de seguridad de frontera pertenezcan a ciudadanos argentinos nativos, las que se extienden a 150 km desde la frontera terrestre y 50 km desde las costas (Ley 23.554), por lo que la adquisición del magnate es del todo nula, ya que su asentamiento se encuentra a apenas a unos 5 km de la frontera con Chile.

En estos casi 30 años, Lewis logró conformar un verdadero feudo dentro de sus dominios, con la construcción de una mansión de unos diez mil metros, con catarata artificial, centro de convenciones, hipódromo, kartódromo y canchas de golf, básquet, tenis y fútbol, gimnasio, establo para caballos, zoológico, centro recreativo con sala de cine y conexión a Internet y unas 12 turbinas generadoras de energía eléctrica. Además, claro, de grupos de matones que responden a sus intereses y quienes se encargan de reprimir con violencia indecible a los marchantes que cada verano se atreven a intentar llegar al Lago Escondido, con la total anuencia de la Policía rionegrina, ya que para lograr llegar a las orillas públicas, se debe sortear el territorio privado del magnate, cuyas instalaciones suelen recibir visitas de magistrados, funcionarios y empresarios de medios argentinos que, con total impunidad, rifan el país a gusto y antojo, con siniestros intereses geopolíticos.

En un contexto tan oscuro como éste, poco puede hacer la Ley de Régimen de Protección al Dominio Nacional sobre la Propiedad, Posesión o Tenencia de las Tierras Rurales N° 26.737, conocida como Ley de Tierras (sancionada en 2011). Destinada a limitar la propiedad de tierras por parte de personas físicas y jurídicas extranjeras, su espectro de aplicación se vuelve cada vez más estrecho con funcionarios entreguistas como los que actualmente gobiernan nuestro país, ya que a través del aún vigente DNU N° 70/23 del Presidente, se elimina toda restricción a la compra de suelo argentino. Una triste fotografía de los tiempos distópicos que vivimos, testigos del remate miserable de nuestros recursos, librados a la suerte del mercado, donde lo más escondido parece ser nuestra soberanía; y lo más visible, las hordas parasitarias que la entregan.


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“Lago Escondido. Soberanía en juego” ya lleva más 45 presentaciones en 8 provincias de la Argentina en un mes y medio. ¿Cuál es la recepción y devolución del público que asiste a las proyecciones de este documental?
- “Efectivamente. Estamos muy contentos porque la película es autogestiva y que se esté proyectando en tan poco tiempo en tantos lugares tiene que ver con la reacción del público. El espectador queda tremendamente movilizado, sorprendido y también con una dosis importante de orgullo, por ver a otros argentinos y argentinas que luchan por la soberanía de su país. Porque estas temáticas a veces se nombran en los medios, se habla del Lago Escondido, de alguna marcha, de algún fallo a favor o en contra del británico Joe Lewis; alguna referencia el ciudadano argentino promedio tiene. Pero nunca se llega a saber bien qué pasa ahí adentro, en ese verdadero feudo británico que tenemos en la Patagonia”.

Además, si también le sumamos el sesgo tendencioso de los medios, que muchas veces toman parte en esto y no cuentan lo que verdaderamente ocurre allí…
- “Toman parte los medios monopólicos fundamentalmente. Al punto tal de que hoy sabemos que muchos dueños de esos medios se juntan en esa mansión, junto a políticos argentinos y jueces y fiscales, donde deciden en favor -en este caso- del británico y de la política que ellos quieren implementar en el país. Yo soy de Corrientes, vivo ahí. Y cuando volvimos de Lago Escondido con mi equipo de trabajo, me fui a comprar pollo, y el que me atiende me dice: ‘¿De dónde venís ahora?’. Y yo le digo: ‘Vengo de Lago Escondido’. Y me responde él, sin ningún tipo de chicana: ‘Ah, ahí donde fueron todos esos kirchneristas pagados por el Gobierno y los molieron a palos’. Esa fue en tres segundos la definición de un muchacho que estaba en Corrientes y que no tenía la más mínima idea de lo que había pasado, salvo lo que le había llegado por los medios de comunicación. Bueno, la película viene a desarmar esa y tantas otras mentiras. Primero, que la película deja ver que no sólo van kirchneristas a reclamar por la soberanía del lago. Van socialistas, van comunistas, peronistas que no necesariamente son kirchneristas, cristianos, excombatientes de Malvinas… Van de todas las provincias, de todas las ciudades. Es una marcha completamente federal. Y aparte, ningún Gobierno pagó a nadie. Cada uno de esos marchantes, de esos ciudadanos, conscientes de lo que estaba en juego, no sólo pagaron su pasaje hasta el Sur sino también su comida, su alojamiento, llevaron su ropa, las carpas y hasta incluso se hizo un fondo en común para poder solventar otros gastos, porque para hacer esta marcha hace falta llevar hasta kayaks inflables para cruzar los lagos intermedios, antes de llegar al Lago Escondido. O sea, esas mentiras a las que estamos acostumbrados desde los medios es lo que viene a echar por tierra esta película”.

Este trabajo registra lo que fue la séptima marcha al Lago Escondido en 2023. ¿Cómo fue esta experiencia patriótica de resistir no sólo a las duras condiciones del paisaje sino también a las fuerzas paraestatales de Joe Lewis?
- “Nosotros, para hacer el documental, tomamos contacto con FIPCA, la Fundación Interactiva para Promover la Cultura del Agua, que organiza año a año las marchas. Y empezamos a armar el equipo de trabajo con el cual íbamos a filmar. Llevamos un año de preparación para eso y fuimos para el Sur. Y allí te encontrás con una especie de fuerza paraestatal que tiene este británico compuesta por patoteros, por matones que están allí en la montaña, literalmente dispuestos a molerte a palos si se te ocurre acercarte al Lago Escondido. Nosotros teníamos allí dos puntos: uno, el Tacuifí, donde había más o menos 300 manifestantes nuestros y una columna de montaña, la columna Juana Azurduy. Éramos 60 compañeros y compañeras que fuimos por el camino para llegar al Lago Escondido. Y son 9 días, porque el británico bloquea el camino de Tacuifí, que es el camino directo que cualquier argentino podría hacer y en 50 minutos en auto estar en el lago. Entonces, el único acceso al lago es un camino de montaña que requiere 9 días de caminata muy difícil, con temperaturas muy frías, sobre todo durante la noche. Hay zonas de cornisas muy peligrosas. Tenés que llevar tus carpas, tenés que llevar 25 o 30 kilos en la mochila, con comida, medicina, etc. Y cuando acampás, de noche sobre todo comienza la actividad de estos hombres de Lewis que te hacen la vida imposible: encienden motosierras para no dejarte dormir, bafles con música, sonidos agudos, graves, te cascotean las carpas. Están ahí permanentemente encima. Tuvimos algunos momentos de mucha violencia y la Policía termina siendo cómplice para con los hombres de Lewis, te dejan totalmente expuesto, regalado a la violencia de esta gente. Es casi imposible entrar ahí, porque se te ponen 60 monos enfrente y te dicen: ‘Volvé por donde viniste’. Y se trata de un lago de 10 km de largo, que es navegable, porque lo establece el Código Civil de la Nación, que los lagos navegables son propiedad de la ciudadanía. Cualquiera de nosotros tendría que poder acceder a ese lago y hacerlo con tranquilidad. Les aseguro a los que vayan a ver el documental que van a ver un material contundente, un testimonio totalmente claro y directo, porque no es un documental de entrevistas, donde alguien te cuente lo que pasa. No. Nosotros pusimos las cámaras directamente en la acción, tanto en la montaña rumbo al lago, como en el camino de Tacuifí, que es el camino que bloquea este británico y en el cual hubo en esos días una tremenda represión, donde fueron golpeadas cuatro mujeres y cuatro de nuestros compañeros, les tiraron caballos encima, les partieron palos en la cabeza, los agredieron con piedras, los pateaban en el piso… Está todo filmado y documentado, no hay nada de opinión acá. Eso hoy forma parte de una causa en Bariloche, porque el material es contundente. Vamos a ver qué dice la Justicia de Bariloche, más en este país y en este contexto”.

Lewis no es el único terrateniente, sin embargo. Benetton, Mc Bride, Tompkins… y muchos más completan la lista. Unas 15 millones de hectáreas del país en manos extranjeras… ¿Qué reflexión te merece esta realidad, en tanto ciudadano y artista comprometido?
- “Vos metiste un tema importante ahí, porque nosotros, cuando hicimos este documental, no queríamos hablar solamente de Lago Escondido. Esa es una muestra, un caso de los más groseros, porque este británico compró tierras en zona de frontera. Y eso está prohibido por la ley argentina. Un extranjero no puede comprar en la Argentina en zona de frontera sino después de los 50 km de un país limítrofe. Y en este caso, Lewis se hace de tierras a 5 km de Chile, lo cual es una violación flagrante a toda la legalidad argentina. Es un caso muy grosero. Y además se suma que se trata de un británico, con la historia que tenemos de lucha nosotros con los británicos, desde 1806, con las invasiones inglesas hasta hoy, porque nos siguen ocupando las Islas Malvinas y porque además Lewis también tiene una pista de aterrizaje tan grande como la de Aeroparque en Capital Federal en línea recta con su mansión, pero hacia el Atlántico. O sea, cruzando toda la Argentina hacia el Atlántico por la misma provincia de Río Negro, sobre lo que se llama el Paralelo 42. Entonces es un triángulo perfecto hacia las Islas Malvinas, con la gravedad que esto tiene para la soberanía y la seguridad nacional. Y como decís, hay otros Lewis en el país, extranjeros que han comprado tierra porque lamentablemente la Constitución, que se modificó en los años 90, posibilitó a las provincias vender sus tierras a capitales extranjeros. Así, algunas provincias llegaron a vender hasta el 15% de su territorio provincial. Tal es el caso, por ejemplo, de Corrientes, una de las más vendedoras. Pero hay otras también. La Ley de Tierras de 2011 puso un límite a la venta al extranjero por parte de las provincias. Por eso esta película viene a ser una especie de caso testigo y muestra del peligro que significa seguir vendiendo tierras al extranjero y seguir consolidando estos feudos al servicio de magnates multimillonarios, en este caso uno de los 500 hombres más poderosos del planeta. Pero hay otros también que están ahí con ganas de venirse encima de nuestra Patria. Cuando vean la película, créanme que se van a sorprender de lo que es ver argentinos sentirse extranjeros dentro de su propio país o peor, porque son tratados como no se debe tratar ni siquiera a los animales. ¿Qué clase de país vamos a dejarles a nuestros hijos si surgen otros Lagos Escondidos en la Patria, donde los argentinos seremos extranjeros en nuestro propio país? Esa es la pregunta que tenemos que hacernos y para lo cual hicimos esta película, para abrir los ojos ante el peligro que significa esta verdadera locura”.

Este documental reviste importancia capital, más aun en la coyuntura actual donde el Gobierno nacional pretende derogar la Ley de Tierras a través del tan resistido DNU 70/23…
- “El Gobierno nacional quiere tirar atrás esa ley y que las provincias empiecen a vender sus tierras y sus recursos naturales a cualquier postor. Y esto es gravísimo. Se está cocinando algo muy oscuro que apunta no sólo al ajuste del trabajador argentino, como lo estamos viendo día a día, sino que vienen por la entrega de la Patria, de nuestro país. Aquí hay un proyecto de recolonización de la Argentina. Resulta que nosotros, allá por 1810, nos independizamos definitivamente de nuestros colonizadores europeos y ahora a lo que estamos asistiendo es a una especie de reentrega de nuestra soberanía nacional. Hay compañeros en la montaña a los que les han dicho: ‘Ustedes tienen que entender que están en territorio de la corona británica’. En esta terminología te hablan a vos, como argentino en tu propio país. Ahora, por un amparo que presentaron los compañeros del CECIM, excombatientes de La Plata, se logró frenar el artículo del DNU de Milei, de momento. Aquí es donde tenemos que abrir los ojos los ciudadanos, porque no nos estamos dando cuenta en realidad del peligro que significa la entrega del territorio nacional. ¿Qué nos va a quedar a nosotros como país si entregamos nuestro territorio? ¡Nuestra conformación territorial, en manos de estos magnates multimillonarios extranjeros que nos utilizan como colonia o patio trasero mientras se están quedando con nuestra Patria! Estamos hablando en términos reales y concretos, no es una opinión ni una especie de conspiranoia”.

En vistas de esta vía libre por parte del Gobierno de Milei para la venta indiscriminada de grandes extensiones en el territorio nacional, su alineamiento con Israel y EEUU en materia bélica y su exacerbada conversión al judaísmo… ¿Qué hacemos con el Plan Andinia? ¿Lo sacamos del anaquel de teorías conspiranoicas? ¿Lo ponemos en el de geopolítica?
- “Respecto del Plan Andinia… si te ponés a pensar… ¿qué era Palestina antes de lo que está siendo ahora, que le han comido no sé qué cantidad ya de territorio? Es un mapa totalmente modificado el de Palestina como país. Y sabemos también que siempre estuvo en la mira nuestra Patagonia. La historia demuestra que los mapas no son sólidos; los mapas, los límites, han cambiado y han variado toda la historia. A Yugoslavia no hace mucho tiempo la partieron en siete pedazos y se quedaron con la mitad del territorio de México cuando necesitaron armar el Canal de Panamá, que era parte de Colombia. Ya no nos acordamos de eso. Entonces, si hoy vos ves que hay una línea de corte en nuestra Patagonia, que va desde la mansión de Joe Lewis -donde tiene tres helipuertos, casinos para pilotos, generación propia de energía de 9 kW, porque Lewis es dueño de empresas energéticas en Argentina-, ellos pueden cerrar fronteras allí y constituirse como un estado independiente. Tienen todas las condiciones para hacerlo, tienen la energía, tienen el agua, tienen caminos propios por donde nadie puede circular que son privados, tienen la posibilidad de bajar en helicóptero en línea recta, tienen un aeropuerto donde pueden bajar aviones de gran porte que está a una hora y media de Malvinas. Y es un aeropuerto que el Estado argentino no controla. Tenés una línea de corte que marca la Patagonia ahí. ¿Qué garantía tenemos nosotros de seguridad si un día los tipos dicen: ‘Desde esta línea de corte para abajo, es mío’? ¿Y quién los saca de ahí? ¿El Estado argentino? Estos Estados argentinos bobos que responden a los intereses de la OTAN o de Israel? Están instalando una base naval en Ushuaia los norteamericanos. Es una locura, está el Mar Argentino allí, está nuestra Antártida, todo el Sur, con la riqueza que todavía no está explorada. Y tenemos la cercanía de Milei con los poderes del Estado de Israel en Argentina. Si quieren decirnos conspiranoicos, que lo hagan, pero que sepan cómo funcionan 12.000 hectáreas de nuestro país que ya -como ellos dicen- pertenecen a la corona británica”.

¿Cómo hablar, cada 20 de noviembre, de soberanía nacional con un enclave británico en nuestro territorio, con Estado paralelo y tertulias de magistrados, funcionarios y empresarios de medios argentinos en las instalaciones de Lewis?
- “Soberanía nacional que recordamos por lo que fue la Gesta de Obligado y Angostura del Quebracho. Ahí se derramó la sangre de argentinos para que no ingresaran a nuestro río los franceses y los ingleses, con su mercadería y con sus barcos militares. ¡Tenemos un Gobierno nacional por estas horas que está permitiendo que una flota norteamericana esté circulando la zona del Río de la Plata, está permitiendo controlar todo el ingreso y salida de mercadería de nuestros ríos! Yo creo que si revive Rosas, agarra el sable que le regaló San Martín y empieza por Casa Rosada, porque realmente es una afrenta a la soberanía nacional lo que están haciendo. Se ha derramado cuánta sangre de argentinos para defender la soberanía desde 1806 con las invasiones inglesas, después vino San Martín, Artigas, Güemes, Belgrano… Y el cercano ejemplo de nuestros jóvenes luchando en Malvinas. ¡Y ahora, gratuitamente, un presidente argentino dice que su ídola es Margareth Tatcher, la mujer que apretó el botón para destruir el General Belgrano! Si a mí me contaban diez años atrás que esto iba a pasar en el país, yo te iba a decir que esto era imposible. Nos están dando vuelta culturalmente, hasta el punto de que no reaccionamos ante la verdadera entrega y afrenta de la soberanía de nuestro país. ¿Qué nos van a dejar estos tipos si están regalando el Río de la Plata, el Mar Argentino, la Patagonia…? Están permitiendo instalar bases militares a las potencias extranjeras, que a donde han ido han hecho un verdadero desastre y un mar de sangre”.

Tu labor cinematográfica se caracteriza por el revisionismo y el compromiso, a través de personajes esenciales de nuestra historia, como Andrés Guacurarí e Isidro Velázquez. A tu criterio, ¿qué lugar ocupa en tu filmografía este último registro documental de la problemática de Lago Escondido?
- “Es la primera vez que con un proyecto propio, salgo de la frontera de nuestra región. Siempre me gustó trabajar la temática histórica e incluso fantástica, de mitos y demás, de nuestra región. La serie ‘Payé’ se circunscribe mucho a esta parte del país; Andresito luchó en toda esta región; Isidro Velázquez fue un rebelde… Esta es la primera vez que tomo una temática nacional. El otro día me preguntaba qué hay en común en todo esto. Y todos los personajes que he abordado, tanto en documental como en ficción, están en inferioridad de condiciones, luchando con un enemigo más poderoso. Eso me pasa siempre. Evidentemente, son los personajes que me interesan. Hay mucho de rebeldía, de no resignación y de lucha por una causa justa en cada uno de los compañeros y las compañeras que suben en esa montaña de la Patagonia y que vienen de distintas provincias a luchar contra los intereses el imperio británico. A mí me gustan esos personajes que, a pesar de estar en inferioridad de condiciones, se rebelan, luchan y no se entregan. E incluso son capaces de jugársela y poner el cuerpo por una causa justa”.

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LOS LAGOS SON DEL PUEBLO

Colaboración: Claudia C. Canteros, Secretaria de Formación de ATE Formosa

El próximo miércoles 8 de mayo, se proyectará en ATE Formosa “Lago Escondido. Soberanía en juego”, el último documental del director Camilo Gómez Montero. ¿De qué se trata? De la séptima marcha al Lago Escondido, en Río Negro, el corazón de nuestra Patagonia. ¿Tiene algo que ver con nosotros? Sí, todo. Porque no se trata de una excursión a tierras inhóspitas para poner a prueba la resistencia humana. Es una decisión política de señalar la expoliación y el coloniaje del multimillonario británico Joe Lewis.

Decidimos proyectar el documental en este mes porque se cumple un aniversario de nuestro primer gobierno patrio. Al discurso de un ‘Pacto de Mayo’ que trae viejas y dolorosas recetas, decidimos oponerle un debate profundo sobre la idea de Patria asentándose en la soberanía, que hoy está en disputa. Vamos a pensar, debatir, buscar motivos para resistir a fuerza de argumentos. Lejos de provocaciones y reduccionismos.
Hace unos días, en el discurso de Liliana Heker en la Feria del Libro, mencionaba algo que escribió por los 40 años de democracia. Me parece necesario traerlo para saber dónde estamos hoy. Ella decía: “Democracia plena, según lo entiendo, implica un pueblo soberano. Pero para que un pueblo sea realmente soberano tiene que estar en condiciones de elegir libremente, no sólo a sus gobernantes, también su destino. Y para que cada uno pueda elegir su propio destino se necesita, ante todo, igualdad de oportunidades. Que cada habitante del país haya recibido y reciba una alimentación completa y nutritiva, que pueda acceder a una excelente educación en todos los niveles, que su salud esté protegida, que pueda conseguir un trabajo que cubra sus necesidades, que tenga una vivienda decente. ¿Hemos alcanzado en los últimos cuarenta años esa meta mínima? Basta mirar un poco a nuestro alrededor para saber que no. Hay mucha miseria en nuestro país, y eso implica que parte del pueblo no es soberano, que no actúa por elección sino por desesperación”.

Las deudas en la calidad de vida de las mayorías nos trajeron aquí, con considerables ‘intereses’ anejados: el hiperindividualismo, la meritocracia, la crueldad, el cinismo. Ahora bien, darnos tiempo para mirar una película, volver a pensarnos en comunidad, bajo una idea que nos cobije, que nos aglutine, que nos reúna para defender nuestros recursos como el agua, la tierra, volver a considerar a nuestros semejantes, para tener empatía con el que sufre, con el hambriento, con el despedido, y que nos devuelva el sentido de pueblo, de estar en el mismo barco, todo eso puede tomarnos tiempo pero revela que estamos en la senda correcta. Porque como decía Jauretche: “Lo que una vez se hizo se puede volver a hacer. Lo que se hizo mal se puede corregir, pero de lo que no se puede prescindir es de que hemos tenido una experiencia nacional, sobre la que seguiré hablando, cuyos resultados dieron días de prosperidad y potencia al país, potencia material y potencia espiritual, cuando éste, bloqueado por todos lados y hostilizado por la unanimidad internacional, de un lado y de otro de la Cortina, se afirmó en sí mismo, se movió por sí mismo e improvisó y fue creando una política económica propia que, venciendo los complejos de inferioridad sembrados por el colonialismo, nos dio fe en nosotros mismos, que también tuvimos entonces política internacional propia, porque la grandeza se expresa hacia adentro y hacia afuera”.

El documental conmueve por su dureza y claridad teórica, no deja a nadie inerte. Nos cuenta cuáles son nuestros recursos y la avidez del extranjero para aprovecharse vilmente. Es, finalmente, una exhortación a defenderlos como hizo ese grupo de caminantes cargados de una profunda convicción de que esta tierra (y nuestro destino) nos pertenece. Así se gestó la Revolución de Mayo de 1810.



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